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Instalación sobre "El Aleph" rinde homenaje a Borges en la India

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 Nueva Delhi.- La inauguración de una instalación artística inspirada en el relato de Jorge Luis Borges El Aleph dio inicio hoy a una serie de actividades en la India para homenajear al escritor argentino como motivo del 30 aniversario de su muerte.

"Hoy es solo el evento inaugural de una serie de actividades que se prolongarán durante la semana para descubrir, revisar y disfrutar a Borges desde diferentes ángulos", dijo en el discurso de apertura en el Instituto Cervantes de Nueva Delhi la encargada de negocios de la embajada argentina en la India, Georgina Fernández Destefano.

La interpretación artística del relato de culto de Borges (1899-1986) corrió a cargo del israelí afincado en la India Achia Anzi, que contó con la colaboración del actor indio Varoon P. Anand.

La instalación se basa en un fragmento de El Aleph, en el que se narra cómo  la renovación de un anuncio publicitario en unas "carteleras de hierro de Plaza Constitución" de Buenos Aires le sugieren al protagonista del texto, que es el mismo Borges, el continuo cambio al que se enfrenta el universo.

En ese sentido Anzi traslada a la sala de exposiciones del centro cultural, sumida en una oscuridad salpicada de destellos de luz como el sótano del relato donde se encuentra el Aleph del título, imágenes de vallas publicitarias vacías "que al mismo tiempo se describen a sí mismas" como parte de la "crisis económica".

"Busqué desdibujar las fronteras entre fotografía y realidad", resumió el artista israelí a Efe.

Además, en la sala, está el actor indio tumbado en el suelo en la misma posición en la que Borges vislumbró el Aleph, "uno de los puntos del espacio que contienen todos los puntos", según el relato, mientras recita el "universo" que se presenta ante él.

Otro de los aspectos de la instalación son dos espejos colocados uno frente al otro, con nada entre ellos, a la manera del relato existencial del escritor argentino.

"Vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó", escribió Borges.

La semana de homenaje a Borges en Nueva Delhi contará además con lecturas dramatizadas de El Aleph y otros cuentos como El libro de arena, el seminario La obra y pensamiento de Jorge Luis Borges, un recital poético o la proyección de Invasión (1969), film basado en un guión en el que colaboró el autor argentino.

Fuente : El Peridiquito

Archivo Televisión Publica - “Doble Click”: sobre Jorge Luis Borges, 2000

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En esta edición de “Doble Click”, Quique Pesoa hace un recorrido por el imaginario de la literatura de Jorge Luis Borges. Una serie de informes con material de archivo reconstruyen la vida y obra del escritor, Horacio Salas analiza los personajes borgeanos más característicos y Tristán Bauer presenta la película “Los libros y la noche”.

Fuente You Tube

Parque de los Laberintos, el homenaje a Borges inaugurado hoy en Tecnópolis

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                                          Foto : Télam

Monumentales obras de los artistas Inés Raiteri, Luis Terán, Jorge Miño y Mariano Ferrante ocupan desde hoy el predio de Villa Martelli

El Parque de los Laberintos, que reúne distintos laberintos a gran escala realizados por artistas contemporáneos que buscan acercar al público el universo de Jorge Luis Borges, a treinta años de su muerte, inauguró hoy en Tecnópolis .

"Borges es una figura central este año. Celebramos su legado y lo proyectamos a nuevas generaciones a partir de propuestas artísticas que cruzan todas las disciplinas y que buscan la participación y la interacción con el público", afirmó Hernán Lombardi, ministro de Medios y Contenidos Públicos de la Nación.

Monumentales obras de los artistas Inés Raiteri, Luis Terán, Jorge Miño y Mariano Ferrante ocupan desde hoy el predio de Villa Martelli, que invitan al visitante a interactuar entre colores, formas y volúmenes.

El laberinto de Mariano Ferrante, "Partitura para exterior", de 165 metros cuadrados, se inspira en el recuerdo de lo mucho que le gustaba de niño imaginarse dentro de una pintura. Esta propuesta entonces, es un juego que invita a recorrer y vivir la experiencia de caminar entre los colores y movimientos como si fuera una pintura.

"Paisaje pintado" es el laberinto de Inés Raiteri de 353 metros cuadrados, que reelabora a partir de la luz y el color, nuevas formas que se proyectan hacia distintos lados. Lo pensó a partir de cómo los niños observan y se relacionan con su entorno.

                                         Foto : Télam

El laberinto de Jorge Miño, "Lo infinito: un lugar donde sentirse seguro", de 228 metros cuadrados, parte de la idea de la huella como identidad, como la expresión de la naturaleza. Este laberinto está realizado a partir del dibujo de la propia huella del artista que nos invita a pensar y transitar encuentros y desencuentros en un terreno que propone distintos caminos como opción.

Luis Terán realizó la obra "Yo soy Asterión" de 330 metros cuadrados y parte de la idea de pensar un laberinto de un solo recorrido pero con entrada y salida por lugares diferentes. Como una metáfora de la vida, aquí la propuesta invita a atravesar múltiples sensaciones dadas a partir de las alteraciones espaciales y perceptivas: sentir que a veces las cosas parecen interminables, que hay lugares que se oscurecen y luego se iluminan y también la posibilidad de tomar distancia para reflexionar sobre lo transitado.

Todos los fines de semana los artistas recibirán al público para contarles el proceso creativo de su obra y realizar visitas guiadas.

Además, el equipo de educación del Parque de los Laberintos preparó actividades didácticas para niños de entre 3 y 12 años, que podrán dibujar, pintar y crear sus propios laberintos.

Organizada por el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos junto al Ministerio de Ciencias, Tecnologías e Innovación Productiva de la Nación, la muestra puede ser visitada hasta el 10 de octubre los jueves y viernes de 10 a 18, y sábados y domingos de 12 a 20 con entrada libre y gratuita, en Avenida Gral. Paz y Constituyentes, Villa Martelli.

Fuente : La Nacion

Declaran bien de Interés Histórico Nacional a la casa de Borges en Adrogué

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 -DECLÁRASE  BIEN  DE  INTERÉS  HISTÓRICO  NACIONAL  A  LA  CASA  DONDE  VIVIERA  EL  ESCRITOR  JORGE  LUIS BORGES-

Ley  27.268

Publicación en el B.O.: 26/08/2016-

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina

reunidos en Congreso,etc.

sancionan con fuerza de

Ley:

Artículo 1º- Declárase Bien de Interés Histórico Nacional, en los términos

de la Ley 12.655, a la casa donde viviera el escritor Jorge Luis Borges, sita

en la calle Diagonal Brown Nº 301, de la ciudad de Adrogué,  partido de

Almirante Brown, provincia de Buenos Aires.
Artículo 2º-La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes

Históricos, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, instrumen-

tará todo lo atinente para el cumplimiento de la presente ley.



Artículo 3º- De  forma.-

Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires,

a  los  trece  días  del  mes  de  Julio  del  año  dos  mil  dieciséis.



Registrada  bajo  el    27.268



Marta G. Michetti.-Emilio Monzó.-Eugenio Inchausti.-Juan P. Tunessi.



Buenos  Aires, 24 de agosto de 2016

En virtud de lo prescripto por el art.80 de la Constitución Nacional, certifico que la Ley Nº 27.268,sancionada por el Honorable Congreso de la Nación el 13/07/2016, ha quedado promulgada el día 19/08/2016.

De  forma.-Pablo Clusellas.-

Plasman frases poéticas de Borges, para recuperar bardas de la Ciudad de México

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Plasmar sentimientos de los habitantes de la Ciudad de México y recuperar bardas en calles y avenidas, es el principal objetivo de la iniciativa “Ciudad y palabra CDMX”, que ahora llega a la colonia Nápoles para pintar la frase “La ciudad está en mí, como un poema que no he logrado detener en palabras”, del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986).

Se trata de un proyecto impulsado por los colectivos Acción Poética y Mensajeros Urbanos, en conjunto con las secretarías de Desarrollo Social y Cultura capitalinas, que busca dar una mejor imagen a espacios que comúnmente están grises o llenos de grafiti, además de dar voz a las personas que habitan la ciudad.


“Tenemos una identidad con los espacios públicos, y qué mejor plasmar frases poéticas que pueden establecer como mensaje que la ciudad es importante”, afirmó José Ramón Amieva Gálvez, secretario de Desarrollo Social de la Ciudad de México.

Entrevistado por Notimex mientras integrantes de los colectivos pintaban la barda ubicada en Río Becerra y calle Georgia, en la colonia Nápoles, Amieva Gálvez explicó que “Ciudad y palabra” continuará hasta finales de 2018 con una cantidad aproximada de 27 mil espacios intervenidos en 45 colonias de la ciudad.

“Queremos llegar a esos espacios y pretendemos cerrar este año por lo menos con cinco mil espacios pintados, nosotros buscamos colonias donde las bardas están llenas de grafiti.”, aseguró el funcionario.

Indicó que en este proyecto también participan instancias como el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) y una empresa de pintura que dona los materiales para llevar a cabo las intervenciones.

“Estamos tomando las calles y avenidas para expresar nuestros sentimientos, todos los sentimientos son muy válidos y bienvenidos, porque en los momentos de felicidad, tristeza, amor y decepción, siempre hay una frase que nos permite tener esa identificación”, expresó José Ramón Amieva.

En su oportunidad, Alejandra Moreno, asesora en la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México, destacó que el propósito de este programa es mejorar el entorno urbano con frases poéticas que se colocan en algunas bardas de espacios públicos o viviendas.

Fuente :  Notimex México

J.Fernández Díaz lee "Avelino Arredondo" de J.L.Borges

Mario Vargas Llosa : Borges en su siglo (2016)

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 Diálog de Mario Vargas Llosa,  con el antropólogo y ensayista colombiano Carlos Granés dentro del marco del Curso de Verano "Borges en su siglo".

Todos los créditos: Departamento de Estudios e Imagen Corporativa. Universidad Complutense Madrid.

Fuente : You Tube

Beatriz Sarlo: Borges Inventor y Heredero


Las 7 definiciones más relevantes de Beatriz Sarlo sobre Jorge Luis Borges

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 Sarlo ante sala llena durante el lanzamiento de la red social Grandes Libros (Nicolás Stulberg)

La crítica y académica deslumbró con una charla abierta en torno a la figura del escritor, en el marco de las actividades por el lanzamiento de la red social Grandes Libros

"Vengo a verla desde Escobar", dijo Patricia, la primera persona que llegó con más de una hora de antelación al encuentro. Fue quien inauguró un auditorio que, al poco tiempo, desbordó con un público que contradijo el prejuicio de que la literatura genera cada día menos interés, y que escuchó a la crítica y académica Beatriz Sarlo, quien, a lo largo de una hora, desgranó el legado literario de Jorge Luis Borges, a 30 años de su muerte.

El encuentro, que por streaming tuvo más de 100.000 reproducciones, llevó el título de "Borges inventor y heredero" y se realizó en el marco del lanzamiento de la red social para lectores Grandes Libros. Estas son las frases más salientes que Sarlo dijo en la disertación.

"Esta es una conferencia sobre alguien habitable en la literatura argentina e inhabitable en la literatura occidental. Borges no ocupó siempre este lugar central que ocupa para nosotros. En 1961 un crítico uruguayo escribió: 'Los críticos europeos decidían que este escritor latinoamericano no era bastante latinoamericano. Le faltaban la pasión, los descuidos gramaticales. No era suficientemente exótico'. No le faltaba argentinidad, es más, lo que quisiera demostrar es que Borges constituye lo criollo en la literatura argentina y por eso esta conversación se llama 'Borges, inventor y heredero'".


"Los autores que quieren inscribirse en la historia tienen que ir a los textos que eligen hacia atrás. En el caso de Borges, él tiene la posibilidad autobiográfica de escribir la historia de su familia. Si sólo hubiese hecho eso no lo recordaríamos. La operación que hace sobre la historia de su familia es constituir héroes que después serán tópicos, modelos de su literatura. Esto es 'la invención de un pasado'. Lo que hace es sacarlo de la nota erudita para ponerlos en un escenario estético que forma parte de la invención".

"El coraje, que es atávico y sanguinario, es un valor anterior a la modernidad. Borges está hablando de un mundo en el que el honor debe ser satisfecho por los mismos hombres que han sufrido una afrenta. En las épocas premodernas, todavía era admisible que las afrentas se vengaran por propia mano. Hoy no tengo ninguna obligación como ciudadana de tener coraje. En el siglo XIX mantener la honra implicaba mantener el coraje. Era mejor exagerarlo a que estuviera ausente. En ese mundo es en el que Borges encuentra a sus abuelos. Es un mundo violento y al mismo tiempo esa violencia era una virtud necesaria. Hoy se considera innecesaria porque en la modernidad la afrenta es vengada por la lógica de las instituciones. No es venganza, sino Justicia".

"Vivimos en una época de pasiones mitigadas. Hemos pasado de ser héroes para convertirnos en ciudadanos y según algunos teóricos hemos dejado de ser ciudadanos para convertirnos en consumidores. O sea, una porquería. Una pendiente en descenso. Borges lo define de una manera muy especial. Él dice: 'Una canción de gesta se ha perdido en sórdidas noticias policiales'".

"Esta vibración del coraje que permite constituir una identidad de sus antecesores se convierte en un principio estético. Hay una forma del habla criolla que mantiene el decir menos antes que el decir más. No existe un escritor que maneje el understatement como Borges. Siempre le baja el tono. Le baja el tono a las obras que le gusta y critica a las obras que se acercan demasiado al énfasis. Por eso le gusta la idea de pensar a las guerras civiles como 'menos la colisión de dos ejércitos que el sueño de un matrero'".

Fuente : Infobae

Documento: Entrevista a Borges en la Televisión Brasileña - 1985

Deutsches Requiem o Borges y su pasión por el Laberinto

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 Osiris Vallejo

Piense en un ser horrible. Haga el intento de transfigurarse, de convertirse en otro. Suponga que más allá del rostro, más allá de esa máscara con que nació y que el espejo recuerda y reconstruye cada día, se oculta un demonio. Pero no un ser víctima de los azotes continuos de su propia conciencia, sino un demonio que asume su condición con toda la naturalidad del mundo; que justifica cada acto, por horrible que parezca, como si fuera el único acto posible. ¿Qué le parece el ejercicio? ¿Difícil, espantoso, horrible?

Al realizar el ejercicio anterior, cabría preguntarle qué le ha quedado: ¿el horror de quien se acerca a un abismo profundo o la curiosidad de quien se ve al espejo? La respuesta depende de su habilidad para colocarse más allá del bien y del mal o de su inexorable claudicación ante la imponente intensidad de las imágenes que perciba. Pocos son capaces de, a la hora de juzgar, colocarse en una posición de absoluta frialdad analítica. Muy pocos, repito, son capaces de tan saludable tarea.

Uno de esos pocos es Jorge Luis Borges. Con gran agudeza, utilizando la razón como principal recurso, Borges hurga sigilosamente, muy a su manera, por entre laberínticas existencias de personajes representativos de la esencia humana.

Fijémonos en uno de los relatos más característicos de Borges con el objeto de acompañarlo a una de esas aproximaciones al laberinto de la conciencia humana. Deutsches Requiem es el relato al que me refiero. Es esta una de las piezas literarias en que este escritor universal penetra con más agudeza por entre los laberínticos rincones del alma humana. El relato está narrado en primera persona. Otto Dietrich zur Linde es el narrador-personaje. Soldado defensor de la causa nazi, hecho prisionero tras el fracaso alemán en la segunda guerra mundial, es condenado a muerte “por torturador y asesino”,1 según lo manifiesta él mismo. Ya al umbral de la muerte, zur Linde enjuicia su vida, tomando como epicentro su participación en la guerra y, más importante aun, su adhesión absoluta al sueño nazi.

El lector poco avisado corre el riesgo de dejarse confundir por este relato de Borges. El título mismo está concebido para despertar suspicacias. Habrá quien piense que el autor de este texto toma partido por la causa nazi. Pero no. La mayor virtud del Borges escritor consiste precisamente en plantear posibilidades; inducir al lector a un gesto de interrogante perpetua, o circular, para usar un término borgiano. Borges pone a Dietrich zur Linde a defenderse con buenas razones... y, claro, no podría ser de otro modo. Sería una patente falta de honestidad intelectual hacerle trampas a los personajes por el solo hecho de que no comulguemos con sus posiciones o ideas. He aquí una de las pruebas de fuego de todo escritor, y Borges sale de ella invicto. Se sabe que existe una vasta literatura en que Borges se convierte en defensor del pueblo judío. Sin embargo, en el relato al que aludimos parece convertirse en cómplice del torturador y asesino zur Linde. La explicación a dicha discrepancia hay que buscarla, insisto, en la honestidad intelectual de Borges.

En Deutsches Requiem, a través de Otto Dietrich zur Linde, Borges se ve al espejo y contempla de aquel lado el trágico destino, no ya del hombre alemán, sino del hombre en sí. Se pregunta a través de la literatura qué parte del mundo murió con el fracaso alemán. Yo no condeno a Borges por esa pregunta, así como no lo condeno por ninguna otra. Este relato no es otra cosa que una interrogante visceral, un intento (y claramente un acierto) de penetrar un laberinto donde copulan dragones y palomas. Dietrich zur Linde traza las líneas argumentales de su tragedia personal (símbolo indudable de una tragedia mayor) con tal profundidad que ningún lector imparcial (ave rarísima) la tomará por superflua o poco fundamentada.

Cuenta el personaje sus antecedentes familiares, es decir, una muy comprometedora genealogía, que es ya, en cierto modo, sin que por esto adoptemos una actitud determinista, presagio de su ulterior destino. A esto se suma una sucesión de elementos acumulativos en la conciencia de zur Linde que constituyen, en cierto modo, una parábola sobre el surgimiento del nazismo. “Durante el juicio (que afortunadamente duró poco) no hablé; justificarme, entonces, hubiera entorpecido el dictamen y hubiera parecido una cobardía”, dice zur Linde. De esa manera retrata lo que es, sin duda, una obsesión alemana: la adhesión espiritual a un ideal de fuerza o poder y el rechazo casi patológico a la debilidad. Más adelante, zur Linde repetirá esta misma idea, aunque con otras palabras.

Otro elemento de la sucesión antes mencionada que hemos de tomar en cuenta (pensando siempre en Alemania como trasfondo) es el contacto de zur Linde con lo más esencial de la filosofía alemana. He aquí su testimonio: “Hacia 1927 entraron en mi vida Nietzsche y Spengler”. Nótese que dice “entraron en mi vida”, apuntando así a la influencia decisiva que ambos tuvieron en él. Para nadie es un secreto que Nietzsche, especialmente, fue, si no un arquitecto, al menos un factor catalizador del delirio de grandeza alemán.

En este relato, como en tantos otros de Borges, cada frase, cada palabra es fundamental. Cada concepto, cada acto es una pieza decisiva. Ninguna hoja de otoño desciende del árbol en vano. La alusión a Nietzsche y a Spengler no es casual. La aparente sugerencia de Borges es que debe tomarse con seriedad la influencia histórica de la filosofía alemana en el papel jugado por el pueblo alemán en tiempos modernos. Aunque, por supuesto, no vamos a cometer la idiotez, que tampoco incurrió en ella Borges, de supeditar la violencia o las ansias de gloria del alemán a la literatura de Nietzsche. Lo que sí debe subrayarse es el insoslayable vínculo entre ambas cosas. En este relato abundan los ejemplos que atan, irremediablemente, la vida de zur Linde con la concepción nietzscheana del superhombre.2

“No pretendo ser perdonado, porque no hay culpa en mí”, declara zur Linde. Cómo no pensar aquí en el muy conocido concepto de Nietzsche del criminal que no está a la altura de su acto. Para este filósofo alemán (y esto se desprende de su entera filosofía), zur Linde sería el criminal ideal, que sí está a la altura de su crimen. Éste que hemos citado es el vínculo más estrecho entre la filosofía y el surgimiento del torturador y asesino zur Linde o, lo que es lo mismo, entre filosofía alemana e historia alemana. De manera que este relato genial nos proporciona una especie de macro-visión histórica que nos hace comprender mejor el drama de Alemania.

Otro acierto de Borges en su tránsito por el laberinto de la conciencia de su narrador-personaje es la relación alemano-judía, vista a través del encuentro entre zur Linde y el personaje David Jerusalén. Si zur Linde representa al pueblo alemán, el poeta Jerusalén encarna al pueblo judío. Pero, ¿por qué escoge Borges la figura de un poeta para representar al pueblo hebreo? Dos posibles respuestas, que se contraponen entre sí, pudiéramos citar. La primera tiene que ver con la imagen del poeta ante el poder. Es decir, la condición de poeta como encarnación de la debilidad, de enfermedad del espíritu. La segunda apunta a algo absolutamente distinto, como ya he indicado: la poesía o el poeta como ente de fuerza y, por lógica consecuencia, como peligro amenazante. Aunque el contexto del relato señala a la primera de las posibilidades como la más factible, veo en la segunda cierto fundamento, o casi tanto fundamento como en la primera. Me parece que a esto alude también Borges cuando presenta a David Jerusalén como poeta. La verosimilitud que le atribuyo a lo antedicho tiene su raíz en otros relatos de Borges. Bastaría con valernos de la brevísima Parábola del Palacio,3 en la que se plantea la posibilidad de que la poesía (y en general la palabra) sea capaz, incluso, de borrar el universo y transfigurar su esencia, convirtiéndolo en un mero (¿?) símbolo.

Es también seductora otra conclusión de Borges. Esta conclusión se refiere al asunto de la relación que el alemán zur Linde tuvo con el judío David Jerusalén, a quien el primero tenía órdenes de destruir y, en efecto, destruyó.

“Ignoro si Jerusalén comprendió que si yo lo destruí fue para destruir mi piedad. Ante mis ojos no era un hombre, ni siquiera un judío; se había convertido en el símbolo de una detestada zona de mi alma. Yo agonicé con él, yo morí con él, yo de algún modo me he perdido con él; por eso fui implacable”, afirma zur Linde. Aquí Borges nos toma del cabello y parece decirnos: “Miren allá abajo; observen con minucioso rigor la génesis del espanto”. Esta cita ahonda más que cualquier otra por entre los escondrijos del alma de zur Linde, o sea del alma nazi. Es, quién lo duda, minucioso retrato de la esencia de este alegórico narrador personaje.

A través de todo el relato se halla presente una constante discursiva que se parece mucho al determinismo, pero que no lo es realmente. Se trata de la concepción borgiana de que cada cosa es lo que es porque no puede ser otra cosa. Fíjese el lector en esta cita en que Borges pone en boca de zur Linde varios ensayos explicativos sobre por qué el personaje ve su derrota, el fin, el ocaso de la pesadilla nazi, como algo casi deseable. “...me satisface la derrota, porque me sé culpable y sólo puede redimirme el castigo... me satisface la derrota, porque es un fin y estoy muy cansado... me satisface la derrota porque ha ocurrido, porque está innumerablemente unida a todos los hechos que son, que fueron, que serán, porque censurar o deplorar un solo hecho real es blasfemar del universo”. A la luz de esas aseveraciones, surge de entre las brumas de la conciencia de zur Linde y, claramente, del ingenio de Borges, una conclusión terrible: en un entramado psicológico como el que plantea Borges, el verdugo es tan inocente de su crimen como lo es la víctima. Cada personaje es lo que es porque no puede ser otra cosa. Estos juegos de Borges tienen como raíz explicativa la clara intención de hurgar minuciosamente en el laberinto de la conciencia humana.

De manera que, planteadas las cosas del modo antedicho e insistiendo, naturalmente, en que esta pasión de Borges por el laberinto es en él casi una obsesión, queda, en consecuencia, casi establecido que Borges el narrador, el intelectual, el filósofo, el artista, no toma partido más que por el proceso creativo, por el arte, por la honestidad intelectual, por las ansias incontenibles y desesperadas de entender al Otro.

Notas

    1-Jorge Luis Borges, El Aleph, Alianza Editorial, España, 1999, pp. 93-103. Todas las alusiones al relato Deutches Requiem remiten a la misma fuente.

    2-Véanse dos textos fundamentales de Nietzsche: Así hablaba Zaratustra, Biblioteca Edaf, España, 1985 y La voluntad de poderío, Biblioteca Edaf, España, 1981.

    3-Jorge Luis Borges, Narraciones, Cátedra, Letras Hispánicas, 1994, p. 136.

Fuente . Letralia 122
http://www.letralia.com/122/ensayo02.htm

Borges y su fascinación por la mística judía

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Con sus números y su tortuosa búsqueda de la verdad, la Cábala judía ejerció una poderosa fascinación en Jorge Luis Borges, visible en varios cuentos del autor argentino, según explica su biógrafo y amigo personal Marcos Ricardo Barnatán.

En una conferencia este miércoles en la Casa de América de Madrid, Barnatán, escritor y compatriota de Borges, expuso la impronta de esta compleja tradición mística, que busca descifrar los significados ocultos del Antiguo Testamento, en cuentos como "El Zahir", "La escritura del dios" o "La muerte y la brújula".

Sin olvidar su célebre relato "El Aleph", que debe su título a la primera letra del alfabeto hebreo y según Barnatán representa "toda la sabiduría borgiana", focalizada en ese extraño punto en el que confluye el universo entero.

La biografía de Borges (1899-1986) estuvo sembrada de conexiones con la cultura judía.

Durante sus estudios en el Liceo Calvino de Ginebra, los años de la Primera Guerra Mundial, conoció a dos jóvenes polacos judíos con los que mantuvo una amistad de por vida, Maurice Abramowicz y Simón Jichlinski.

Pronto se interesó por el filósofo Baruch Spinoza, holandés de origen sefardí portugués al que dedicó dos sonetos. Y de muy joven leyó con gran interés la novela "El Golem", una obra del austríaco Gustav Meyrink basada en la leyenda judía del golem, un ser creado de forma artificial por un cabalista.

Dicha historia tomó cuerpo en la imaginación del autor argentino hasta eclosionar en un poema homónimo que el propio Borges consideraba como "uno de sus mejores trabajos", según Barnatán.

La arquitectura métrica del poema, explicó Barnatán, remite a dos cifras, el 27 y el 18, en ambos casos un número más respecto a dos cifras importantes de la Cábala, el 26 y el 17.

Una imperfección calculada y llena de significado, pues remite a la idea que tenía el escritor porteño sobre "el implícito fracaso de toda creación artística", de acuerdo con Barnatán, autor de "Borges, biografía total" (1995).

Pese a los sofisticados juegos del autor argentino, Barnatán matizó que la relación de éste con la tradición cabalística fue, lejos de una especialización rigurosa, "un acercamiento literario", ya que el autor de "Ficciones" o "El informe de Brodie" no sabía leer el hebreo.

Tampoco un acercamiento desde la fe, ya que Borges era "fundamentalmente agnóstico", dice Barnatán, que tenía 21 años cuando conoció al autor, quien entonces andaba ya por los 69.

"Él decía: no puede existir ni el paraíso ni el infierno. Los dos sitios son demasiado presuntuosos para el hombre".

El biógrafo relató también anécdotas sobre la relación de Borges con el Estado de Israel, como por ejemplo cuando estalló la Guerra de los Seis Días en junio de 1967.

"Borges se siente muy afectado, ante la duda del resultado de esa batalla, y quiere ayudar", recuerda.

"Entonces se va al despacho de Bernardo Ezequiel Koremblit, director de la Sociedad Hebraica Argentina. Y le dice: Koremblit, yo quiero ayudar". Y acto seguido, el maestro argentino, aquejado de ceguera, le dictó un poema que traía en la memoria, titulado "A Israel".

Dos años más tarde, Borges viajó a Israel invitado por el gobierno de este país, donde pudo conocer un poco mejor la Cábala con el renombrado especialista Gershom Scholem.

El propio Scholem aparece mencionado en el poema "El Golem", lo que le inspiró al cabalista un chiste que habría sido muy del gusto de Borges, recuerda Barnatán.

"Scholem me dijo un día: yo creo que a mí me citó (en ese poema) porque no había otra rima para Golem".

Ir a Casa América para escuchar el audio de la conferencia:



Fuente : 180.com

La Biblioteca de Babel. Manuscritos Borges

Conferencia de prensa. Manuscrito La Biblioteca de Babel

Suman manuscrito de Borges a la Biblioteca Nacional

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La Biblioteca Nacional sumó un tesoro de la literatura: el manuscrito de Jorge Luis Borges “La Biblioteca de Babel”.

El manuscrito fue entregado a la Biblioteca Nacional por un coleccionista brasileño, explicó el director Alberto Manguel.

Una colección de 16 manuscritos de Borges se puede visitar en la Sala Leopoldo Marechal de la Biblioteca Nacional.

El conjunto de manuscritos, valuado en dos millones de dólares, abarca sus primeros libros de poemas, algunas ficciones clave de la década del 40, así como un ensayo sobre el budismo de principios de los 50. Todo este extraordinario material, nunca visto en Argentina, se enmarca en la sección "Una lógica simbólica".

"El acercamiento a Almotásim", "Las Kenningar", "Examen de la obra de Herbert Quain", dos versiones de "Emma Zunz", "La biblioteca total", "La forma de la espada" y "El último viaje de Ulises", son algunos de los manuscritos provenientes de colecciones públicas y privadas, donde se destaca la particular letra de insecto de Borges.

Fuente : You Tube

Un original de Borges, hallado "en una carpeta mugrienta": El cuento "La Biblioteca de Babel"

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Por casualidad, lo encontró en Brasil Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional. Ahora se exhibe allí. 

Verónica Abdala

Son nueve folios de un cuaderno de contabilidad en los que Jorge Luis Borges escribió con esa letra minúscula a través de la que era capaz de evocar el infinito. Se trata del original de La biblioteca de Babel, uno de sus cuentos célebres, que el escritor y actual director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, halló en Brasil y trajo en préstamo a Buenos Aires desde San Pablo después de dar con él de manera casi fortuita: un coleccionista privado lo abordó tras una conferencia para invitarlo a ver el material. “El documento estaba en un ambiente recargado de papeles, cuadros, fotos, mapas, cartas de reinas y próceres como San Martín y Rivadavia. Me sorprendió que, en una carpeta mugrienta, apareciera algo de tanto valor. Me temblaba la voz, fue una emoción muy grande", relató el escritor.

Correcciones. Parte del manuscrito de "La biblioteca de Babel", el cuento de Borges que se exhibe en la Biblioteca Nacional. /Emiliana Miguelez

Como en un juego de espejos, esos que tanto le gustaban a Borges, la Biblioteca exhibe ahora –y por primera vez- el original del cuento –publicado en El jardín de los senderos que se bifurcan (1941) y luego en Ficciones ( 1944)-, que remite a esa otra biblioteca, ilimitada, que Borges imaginó; una metáfora del universo y su naturaleza inagotable, prefigurada ya en el ensayo La Biblioteca total (1939). Cargado de múltiples significados –matemáticos, filosóficos, acaso místicos-, el texto ha sido objeto de las más diversas interpretaciones y es uno de los más citados en publicaciones científicas.

“Es un auténtico tesoro”, definió Manguel en relación al manuscrito. Él mismo comunicó el hallazgo en un desayuno que compartió con un grupo de periodistas y del que participaron también Elsa Barber, subdirectora de la entidad, y el director de Programación Cultural, Ezequiel Martínez. “Estos papeles tienen un valor material indiscutible y por otro lado un valor simbólico. Hay pocos elementos que conforman la simbología universal y debemos a Borges uno de estos elementos: el concepto de la biblioteca de Babel, que hoy podemos asociar a Internet”, expresó el escritor y traductor.
Con el tesoro. Alberto Manguel, director de la Biblioteca Nacional, detrás del a vitrina donde se exhibe el manuscrito de Borges. presento un manuscrito de Borges. / Emiliana Miguelez

En el marco de este intercambio, Manguel comunicó, a su vez, la adquisición de un ejemplar del número 76 de la Revista Sur, donde se publicó el cuento La lotería en Babilonia y en el que Borges realizó correcciones a mano (el ejemplar, pertenecía a la colección del conductor Antonio Carrizo, que era amigo del escritor y fue donado por su familia a la institución).

Más allá de su valor bibliográfico, ¿qué información acerca del proceso de escritura de Borges proveen al lector esas hojas con meticulosas correcciones, marcas, búsquedas?, consultó Clarín. Según Manguel “además del fetichismo del objeto mismo, el manuscrito permite “ver a Borges pensar, entender la evolución de una idea en el papel. Sirven para conocer el lugar de la técnica en su escritura y cómo fue evolucionando el texto.” Para el autor de "El Aleph", que decía que “el concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio”, la corrección era esencial, una instancia de depuración del material.

“Estos documentos refieren, además, a nuestra historia, son nuestro patrimonio intelectual. Ojalá sean comprados por particulares que puedan donarlos a la Bibliotecapara incorporarlos definitivamente al patrimonio público”, concluyó. El valor estimado del original de “La biblioteca de Babel”, rondaría los 500 mil dólares, aunque la biblioteca invirtió un millón para asegurarlo.

El material incorporado al acervo de la biblioteca integra ahora la muestra “Borges el mismo, otro” que ocupa tres salas y que estará abierta hasta diciembre (puede visitarse lunes a viernes de 9 a 21 hs, sábados y domingos de 12 a 19 hs).

Con la nueva incorporación, la muestra contiene buena parte de los originales de Ficciones. Ese libro, compuesto por siete relatos -entre los que se incluyen "Las ruinas circulares", "El jardín de los senderos que se bifurcan", "Pierre Menard, autor del Quijote" y "Examen de la obra de Herbert Quain"- significó un punto de inflexión en la vida literaria de Borges e inició el camino de su consagración internacional.

Fuente Foto : El Liberal.com

Fuente Texto : Clarin

Milonga de Orquídeo Maidana

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Orquídeo Maidana es una historieta creada por el dibujante argentino José Massaroli. Trata sobre las aventuras humorísticas de un compadrito inspirado en las milongas y cuentos de Jorge Luis Borges, y su relación con éste y otros mitos nacionales, como Carlos Gardel, el tango, los guapos, etc.

Se publicó por primera vez en junio de 1982, en la revista Caras y Caretas, como una parodia de la "Milonga de Jacinto Chiclana", de Borges. Continuó luego explorando en cada número distintos temas de la época (Guerra de Malvinas, llegada de la democracia, etc.) sin perder nunca del todo su vínculo original con la temática del escritor. 


Volvió a aparecer en 1985 en el diario La Voz, en forma de tira diaria, llamada "Los Alephnautas", hasta el cierre del mismo. Allí, Orquídeo Maidana, en compañía de Borges y Gardel, incursionó en El Aleph, llegando a realizar, a través de él, delirantes viajes en el tiempo. En esta etapa, los guiones se independizaron totalmente de la política, caracterizándose por la imaginación y el absurdo.

En 1997 se publicó "Orquídeo Maidana (un guapo del 2000)", un libro que recopila casi la totalidad de lo publicado y algunas páginas y tiras que habían permanecido inéditas.



En 2001, Massaroli diseña un sitio web: La Esquina de Orquídeo Maidana, con abundante información sobre el personaje, la revista Caras y Caretas, Borges, Gardel y el Estudio Géminis, donde se dibujaron las primeras aventuras del guapo. En 2010 aparece su propio blog, con el mismo nombre: La Esquina de Orquídeo Maidana.


A partir de su N° 162 de noviembre de 2009, la revista Tango Reporter (Los Ángeles, USA) publica páginas de Orquídeo Maidana, llevándolo al público latinoamericano resiente en los Estados Unidos.


En 2010 el blog Historieta Patagónica, perteneciente a la editora La Duendes, republica semanalmente la tira "Los Alephnautas".

 
 El 28 de junio de 2012, se presenta en la Biblioteca Nacional el nuevo libro: La Milonga de Orquídeo Maidana, 30 Años, editado por La Duendes, con una amplia recopilación de todo lo publicado hasta la fecha, homenajes de otros artistas y algunos dibujos inéditos. Tiene prólogos de Miguel Rep y Oscar Bevilacqua, epílogo de Ariel Avilez, dibujo de tapa de Abelardo Bustos, título y fileteado porteño de Gustavo Ferrari y maquetación de Lautaro Defossé (Taro).


En 2012 obtiene el Primer premio categoría Historieta en el Salón Mercosur del Museo Diógenes Taborda, Buenos Aires.

En 2016 protagoniza una muestra de dibujos tangueros en la Milonga sin Nombre, Centro Cultural Flores Sur, Buenos Aires

En 2016 se realiza una muestra retrospectiva del personaje en la Alianza Francesa de Palermo, Buenos Aires.

Frases típicas:

"Siempre rajar es mejor, una huida nunca es vana..."

"Guapo que huye sirve para otra milonga."

"¡Araca!

Fuente : Jose-Massaroli.blogspot

La Milonga de Orquídeo Maidana, 30 años después

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 Video sobre el libro que recopila las aventuras del guapo de historieta aparecido en la revista Caras y Caretas a partir de junio de 1982, en el diario La Voz en 1985, y en el blog Historieta Patagónica en 2011-12.

El libro se publica en junio de 2012 por La Duendes, Editora Patagónica y fue presentado en la Biblioteca Nacional de la República Argentina. Lleva un prólogo de Miguel Rep, otro de Oscar Bevilacqua, y un epílogo de Ariel Avilez.

Colaboraron: Abelardo Bustos en el dibujo de tapa, Gustavo Ferrari en título y fileteado porteño, Taro en Maquetación, y dibujos alusivos de Alejandro Aguado, Gaspar González, Juaro, Silvestre Szilagyi, Tinta Cruel, Héctor Torino y Camilo Triana.

Música: Milonga de Jacinto Chiclana, de Piazzolla y Borges, y Milonga de mi Amor, por Bajo Fondo

Fuente : You Tube

Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros

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Felipe Reyes

La pasión por la lectura y la compulsión desenfrenada por los libros es la materia prima que nutre las anécdotas y curiosidades que encontramos en este volumen del sociólogo y editor español Joaquín Rodríguez.

Si Miguel de Cervantes nos detalló los volúmenes que atesoraba Don Quijote; Julio Verne, los del sombrío y misterioso capitán Nemo, y Umberto Eco imaginó los de El nombre de la rosa, Jorge Luis Borges, acaso el paradigma del lector total, se asomó al abismo de una biblioteca infinita, hecha a imagen y semejanza del Universo. Borges sostuvo que “basta que un libro sea posible para que exista”. Para el autor de La biblioteca de Babel (1941), el universo es infinito como una biblioteca de todos los libros posibles, la que siempre se irá renovando y en la que el lector –“el devorador de libros”– es el custodio del tesoro, como Hsiang, el bibliotecario de su poema El guardián de los libros (Elogio de la sombra, 1969).

Y es ésa pasión por la lectura y la compulsión por los libros la materia prima que nutre las anécdotas y curiosidades que encontramos en Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros, del sociólogo y editor español Joaquín Rodríguez, veinticinco historias de singulares bibliófilos. Hombres que dedicaron todos sus esfuerzos y una inmensa cuota de pasión – y en muchos casos una importante cuota de locura – para hacerse de bibliotecas impresionantes por la variedad (de épocas, temáticas y materiales) y la cantidad de libros y documentos reunidos en ellas.

En tiempos de la era digital, no son pocos los que auguran la muerte del libro físico, de la belleza del papel, la tipografía y la encuadernación. Por ello, Bibliofrenia es una invitación a conocer al Homo tipographicus, “esa especie de apasionados de la adquisición de conocimiento a través de la relación y contacto físico con los signos negros sobre la blanca extensión”. Una galería de historias “cuyos excesos de pasión libresca son capaces todavía de asombrar en nuestro tiempo”, como señala en el Prefacio el catedrático de la Universidad de Salamanca, Fernando R. de la Flor. Una pasión que “hoy se ha atenuado, que probablemente se ha ido apagando, que pierde su aura y, como decía Benjamín, reflecta entonces un tipo de mundo en decadencia, un hábito o esfera social crepuscular de la que, acaso, «se esté retirando el calor», y que vive entonces los esplendores finales de una decadencia (con todo, extremadamente noble)”.

Así conocemos al historiador y erudito prusiano Theodor Mommsen, autor de alrededor de mil quinientas obras, entre ellas una legendaria Historia de Roma. En 1903 y con ochenta y cinco años de edad, abatido por la depresión, decidide pasar todo el tiempo posible en su inmensa biblioteca, a pesar de que un año antes la Academia Sueca le había concedido el premio Nobel de Literatura. Mommsen subió a la escalera hasta lo más alto de las estanterías de su biblioteca. Sacó un libro y, mientras lo hojeaba con dificultad sosteniéndolo con una sola mano, con la otra sostenía una vela que le daba la luz suficiente para poder leer. Sin darse cuenta, acercó el fuego de la vela a su blanca melena y esta se prendió incendiándose con trágicas consecuencias. El viejo erudito logró apagar el incendio en su cabeza, pero su rostro quedó herido con consecuencias irreparables. Meses después murió (Theodor Mommsen o el ardor).


En 1830, el monje español don Vicente, bibliotecario de un monasterio cercano a Tarragona, en Cataluña, abandonó la vida monacal para convertirse en librero de segunda en Barcelona. Compraba mucho y vendía poco. Era su mejor cliente, no podía evitar quedarse con lo adquiría. Y, cegado por la bibliofrenia, llegó a transformarse en un avezado ladrón de valiosos volúmenes, una obsesión cegadora que terminó en un quintuple asesinato para hacerse de un preciado botín: Fours e ordinations de Valencia, una de las obras iniciales de la imprenta española.

Don Vicente, número uno en la lista de sospechosos, recibió la visita de la policía, la que encontró en una de las estanrías más altas de su biblioteca un ejemplar de Fours, además de otros tomos que habían pertenecido a las victimas. Frente al juez, interpelado por las razones de los asesinatos, don Vicente dijo: “Todos los hombres tiene que morir, antes o después, pero los buenos libros deben ser conservados” (Don Vicente y la insania bibliográfica).

Uno de los personajes más idolatrados, denigrados e incomprendidos es Giacomo Casanova, el “héroe erótico” más famoso, quien dejara por escrito sus aventuras amorosas con ciento veintidos mujeres en su autobiografía Memorias de Casanova. Pero este hombre del siglo XVIII no fue solamente un apasionado de las mujeres – principal cultivador y maestro de lo que el filosofo francés Michel Onfray denomina “una libido libertaria” –, también fue un amante incondicional de los libros y un escritor tenaz que retrató el placer y los temblores de la carne, además de ser considerado como un destacado traductor de algunas obras clásicas.

A los sesenta años, Casanova se refugió en el castillo Dux, como bibliotecario del conde Joseph Karl  Waldstein. Ahí, en compañía de los libros, escribió sus celebres memorias, en la que incluye una descripción sobre la felicidad y su parecido con el contacto permanente con los libros, aquellos días señalados como los más felicies de su vida (Giacomo casanova o el amante de las bibliotecas). Esos últimos años del escritor–bibliotecario  que también quedarían fijados en la disparatava película de Federico Fellini, Casanova (1976).

Historias de locura, tragedias, anécdotas y semblanzas en veinticinco breves capítulos que conforman un libro fascinante, una dedicatoria de amor a los libros y a las bibliotecas, narrados de forma precisa, con humor y abundante información, y que sorprende desde la primera página con un bello epigrafe del  traductor y explorador inglés Richard Burton: “El hogar es donde tienes los libros”.

Fuente :Radio Universidad de Chile

Ficciones, de Jorge Luis Borges

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